Una semana más, venimos con una pequeña reflexión bajo el brazo de la cual se extrae una pregunta: ¿Igualdad o motivos económicos?
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha pasado a considerar a los jugadores nacidos en Serbia como futbolistas comunitarios. La federación se basa en el nuevo criterio adoptado en base a la legislación española, europea y de la UEFA y argumenta que autoriza “la expedición de licencia deportiva a favor de los jugadores serbios para la competición oficial de ámbito estatal y carácter profesional en idénticas condiciones que las de cualquier jugador de nacionalidad española, comunitaria o de un Estado miembro del Espacio Económico Europeo”.
¿Es esto justo? Serbia se encuentra actualmente en trámites para formar parte de la Unión, pero aún no es un estado miembro, por lo que volvemos a estar ante un caso de “excepción a la norma”, ya de por sí criticada por muchos, para abrir el cupo de extranjeros en las plantillas de los equipos. Otro palo a las canteras. Pero, por otro lado, hay quien aboga por universalizar el fútbol y no poner restricciones de nacionalidad en el deporte, ya que, supuestamente, el deporte sirve para hermanar comunidades.
Haciendo un repaso de otras disciplinas deportivas, vemos un problema similar. En baloncesto, por ejemplo, es de sobra conocido el poder balcánico. Según hemos podido investigar, la Federación española reglamentó hace algún tiempo que los equipos tuvieran un mínimo de jugadores de cantera en sus plantillas (4 si son de 11 jugadores o 5 si son de 12, que alguien corrija si nos equivocamos). Sin embargo, la norma no establece restricciones al origen del jugador de cantera y lo asimila al jugador comunitario con el único requisito de haber sido formado en un club Español durante, al menos, tres años, en una edad entre los 14 y los 20 años. Esto propicia que incluso las canteras estén repletas de jugadores extranjeros que, claro, se consideran “de cantera”, pero no son españoles. La pregunta es: ¿Beneficia realmente esto a nuestro baloncesto?
Hay otros deportes en los que el poder serbio es muy fuerte, como el balonmano o el waterpolo; De este último hemos sacado la siguiente norma de las reglas de la Federación Española de Natación:
"Los clubes participantes en competiciones estatales absolutas (masculinas y femeninas) podrán inscribir a un máximo de TRES jugadores/as sin nacionalidad española. No computarán en esta cuota de tres jugadores/as, aquellos que sean considerados jugadores/as de formación. Serán jugadores de formación aquellos que tengan nacionalidad de un país que sea miembro del Espacio Económico Europeo o de un país que tenga firmado un tratado de no discriminación por motivos de nacionalidad con la Comunidad Europea y que hayan tenido licencia en categoría juvenil o inferior en al menos dos temporadas consecutivas". Otra trampa para las canteras.
La pregunta es si esto es bueno para el deporte; Si deberíamos dejar de pensar en ceñirlo sólo a nuestro país y considerarlo algo global o por el contrario, sólo son maniobras para que agentes, clubes y directivos se lleven un dinero por fichar extranjeros…
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