Tenemos a vuelta de la esquina la Copa Confederaciones, que se disputa en Brasil a partir de este sábado. La cenicienta, la sorpresa, el equipo exótico en esta edición del torneo es Tahití. Un país... Bueno, no sabemos si llamarle país, porque no lo es exactamente, que representará a la Confederación Oceánica de Fútbol, de la que es la vigente campeona tras derrotar a Nueva Caledonia en la Final de la Copa de las Naciones, que es algo así como su 'Eurocopa'.
Y
pensaréis: ¿Para qué juegan al fútbol en un lugar lleno de playas paradisíacas,
palmeras y resorts de lujo? Pues básicamente, por la influencia europea. Tahití
es parte de la Polinesia francesa, una serie de islas bajo dominio galo (se las
considera territorios de Ultramar). Están al Sur del Océano Pacífico.
Su capital es Papeete, y son básicamente dos parcelas de tierra conectadas por
un itsmo. En total el territorio comprende unos 1.042 km².
Tahití
fue descubierta por un español, Pedro Fernández de Quirós, en el año 1606,
aunque desde 1842 se acogieron al protectorado de Francia. Sus idiomas
oficiales son el francés y el tahitiano local, y no penséis que los nativos del
lugar están sometidos bajo el yugo europeo. Nada de eso. De hecho, encuestas
recientes e incluso algunas iniciativas para intentar la independencia total de
las islas han revelado que la población está muy a gusto siendo francesa. Y
quieren seguir siéndolo en su mayoría.
Cultural
y económicamente, Tahití vive del turismo. El pintor francés Paul Gauguin vivió
allí a finales del Siglo XIX, algo que se nota en algunas de sus obras a tenor
de los paisajes que plasmó. Tienen incluso universidad, la Universidad de
la Polinesia Francesa. También viven de cultivar perlas negras, que exportan a
Japón, Europa y los Estados Unidos. Existen todavía algunos instrumentos
musicales tradicionales que se usan hoy en día, como el pahu,
los toere (tambores), y el vivo, una especie de flauta
nasal.
Y
básicamente, en Tahití se va a la playa... Pero también se juega al fútbol. Es
el deporte más practicado, seguido del fútbol playa (se nota que el sitio no da
para mucho más). Existen algunos deportes nativos relacionados con el medio en
el que viven (carreras de canoas y de kayaks, buceo... ). Últimamente se han
convertido en una potencia futbolística en Oceanía, aunque hablando del nivel
que hay por allí no es como para sacar mucho pecho. La selección solo cuenta
con un jugador profesional, el delantero Marama Vahirua, conocido por su paso
por algunos equipos importantes de la Liga francesa, como el Nantes o incluso
el Mónaco. Actualmente juega en el Panthrakikkos griego. Se le conoce como 'el
remero de Tahití' por su costumbre de simular que está remando cada vez que marca
un gol, para mostrar sus raíces. El resto del equipo podría calificarse de
"familiar". Hay cuatro hermanos de apellido Tehau: Los mellizos Alvin y Lorenzo, su hermano
Jonathan y su primo Teaonui. Todos los jugadores de la Selección excepto
Vahirua juegan en el país, y básicamente en dos equipos: El Tefana y el Dragon
de la primera división de Tahití. Eso sí: La mayoría son jugadores
amateurs. Hay varios desempleados y el resto son oficinistas, obreros, maestros
y comerciantes...
De
cara a la Confederaciones, el objetivo de Tahití es marcharse a casa con la
menor cantidad de goles encajados en contra posible. Para un combinado que
perdió hace poco por 17-1 contra Kiribati, o 7-0 contra las Islas Cook, creo
que es lo lógico. Eso sí, a las Islas Salomón le tienen tomada la medida, así
como a Nueva Caledonia. Ahí donde les veis, han sido la primera Selección que
se proclama campeona de Oceanía que no ha sido ni Australia ni Nueva Zelanda.
En la categoría Sub-20 llegaron a jugar el Mundial de Egipto 2009. Y en
los Juegos del Pacífico tienen cinco medallas de oro. Un dato curioso es
que desde 1971 hasta 2001 tuvieron el honor de ser la Selección con
el récord de la mayor goleada en el ámbito del fútbol internacional. Fue un
30-0 ante las Islas Cook.
Y para terminar, algunas curiosidades: La
palabra tatuaje viene de Tahití, ya que allí los tatuajes se consideran
símbolos de belleza y es una práctica ancestral. El Bungalow sobre agua, una
construcción que ahora está muy de moda en viajes exóticos ofertados en las
agencias de viajes, se inventó también allí. Y tienen bodegas de vino
instaladas en atolones de coral.
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