Dedicamos
nuestra Zona Mixta de hoy a rendir homenaje a un histórico de nuestro fútbol
que desaparece. Otro más: El Salamanca. Lamentablemente, el pasado martes se consumó la
liquidación de la entidad 'charra', tras no poderse celebrar la junta de acreedores
por falta de quórum (el mínimo de asistentes para poder celebrar esa junta). A dicha
reunión no acudió ningún representante del Banco Popular, que había sido el principal
acreedor de la entidad, lo que ha provocado que no se haya podido aprobar el
convenio de acreedores que hubiera permitido la viabilidad del club.
El
Salamanca llevaba muchísimos años arrastrando, como tantos otros equipos
históricos, deudas impagables. Concretamente 23 millones de Euros, una cifra
que fue aumentando progresivamente desde que en 1992 el club pasara a ser
Sociedad Anónima Deportiva.
El
Administrador del club en su última etapa, Máximo Mayoral, achacó a la familia
Hidalgo y, concretamente, a Juan José Hidalgo, empresario salmantino y
presidente de la entidad a principios de los noventa, el hombre que transformó
la misma en S.A, buena parte de la culpa de que esto haya sucedido. Primero,
porque el concurso de acreedores "debió hacerse hace mucho tiempo" en
su opinión, y en segundo lugar porque Hidalgo no hizo lo que se comprometió a
hacer: Pagar "lo que hiciera falta" hasta el 30 de este mes de junio
para garantizar la viabilidad del club.
Juan
José Hidalgo asegura ahora que desea refundar el Salamanca, y que se compromete
a pagar las deudas con los jugadores que ahora se han quedado sin equipo,
"pero sólo a los jugadores", ya que no va a poner dinero para que se
lo lleven los administradores. Denuncia que se ha dejado la vida por el
Salamanca y que llegó un momento en el que no podía seguir poniendo más dinero.
Lo que yo me pregunto es: ¿Por qué se llega a una situación de tantas deudas en
un club tan modesto? Se podría empezar por ahí.
Y
así, mientras este hombre dice que quiere refundar el club e invita a todos los
salmantinos, a los entes públicos de la ciudad e incluso a inversores
extranjeros a participar, y vemos cómo se resuelve el lío, el club pone a
subasta sus bienes, que no son pocos. A saber: Los derechos federativos,
valorados en 500.000 euros, el estadio Helmántico, con un precio de 14.750.000
euros, el himno (25.000 euros), los derechos de la marca UDS (25.000 euros) o
los derechos de los jugadores con contrato en vigor (200.000 euros). Eso sí,
quien quiera hacerse con todas estas cosas para refundar el club tendría que
asumir la deuda y también la obligación de que la entidad resultante permanezca
en la ciudad de Salamanca. Así lo dictaminan las condiciones de la subasta y
las nuevas normas impuestas por la LFP de Tebas.
El
Salamanca llegó a estar doce temporadas de su historia, de 90 años, en Primera
División. Sus mayores éxitos llegaron en los 70. En 1972 se asciende a la
máxima categoría, donde se logró permanecer siete temporadas, rozando los
puestos europeos en alguna de ellas, y llegando a semifinales de la Copa del
Rey en la 76-77.En los 90 también se alcanzó la Primera División, de la mano de
entrenadores como Juanma Lillo o Andoni Goikoetxea. Jorge D'Alessandro, jugador
con más partidos en Primera de la Unión (272), Rezza, Alves, Pauleta y Quique
Martín, o Bogdan Stelea y Munteanu son algunos jugadores históricos. Las
últimas temporadas había militado en Segunda B.
El
club se ha despedido de sus fans en Twitter con este mensaje: "Hoy es el
día más triste de mis 90 años de historia. Estoy en cada una de vuestras
lágrimas. Viviré siempre en vuestros corazones. #HalaUnión".
Como
siempre, al producirse este tipo de acontecimientos desagradables, se nos vienen
preguntas a la cabeza: ¿Qué parte de responsabilidad tiene la ciudad, desde el
punto de vista social y cultural, para mantener al equipo por lo menos, vivo?
Evidentemente, tal y como están las cosas, no se le puede pedir a la gente que
ponga dinero por el Salamanca, pero quizá este tipo de sucesos nos ayuden a
comprender que reflotar a un equipo modesto no se consigue siempre inyectando
dinero. ¿Sería viable refundar el Salamanca de nuevo como club, y no como
Sociedad Anónima, aunque ello suponga empezar completamente de cero? Y por otro
lado, hablando de la subasta de objetos. ¿Hasta qué punto esos objetos no
pertenecen a la historia de la ciudad?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario