De ahí que los países con tradición en estos juegos sean aquellos en los que el clima acompaña. La propia Rusia, Estados Unidos, todo el norte de Europa… sitios donde, en toda la nación o al menos en una parte importante, llega a hacer bastante fresquito.
Pero ¿por qué no iban a poder participar también otros lugares que disfrutan de climas más cálidos, o incluso tropicales? No hay ninguna ley que lo impida, y muchas veces no es más que cuestión de echarle imaginación. Hoy traemos una lista de países chungos, de ésos que no pegan ni con cola en unos Juegos Olímpicos de Invierno, pero que sin embargo están en Sochi intentando quedar en buen lugar.
ISLAS BERMUDAS. Esta posesión colonial británica es un grupo de 150 islas minúsculas que en conjunto apenas suman 50 kilómetros cuadrados. Se encuentran frente a la costa sureste de Estados Unidos; tienen clima subtropical, con frecuentes huracanes, y lo más parecido a una montaña es una colina de menos de 80 metros de alto. Sin embargo, de ahí es el esquiador de fondo Tucker Murphy, que participa por segunda vez en la prueba de 15 kilómetros: intentará mejorar el puesto 88 que logró en Vancouver 2010.
TONGA. Este caso es curiosísimo. El país es uno de tantos grupos de islas en Oceanía, conocido a nivel internacional por su potente equipo de rugby. Allí no nieva jamás ni hay casi montes, pero eso no impidió que la familia real se empeñara en montar un equipo de luge. Convencieron a un tal Fuahea Semi para que se fuera a Europa a prepararse como pudiera, y en nuestro continente, un fabricante alemán de ropa interior le pagó lo suficiente como para que aceptara cambiar su propio nombre. Así que el primer tongano en competir en unos juegos de invierno se llama Bruno Banani.
MALTA. Islita en el corazón del Mediterráneo, a medio camino entre Sicilia y Túnez. Hace calor, mucho calor. Es conocida por su turismo de sol, playa y medusas. De allí salió hace algún tiempo el abuelo de Elise Pellegrin, una chica francesa que lleva esquiando desde los tres años, pero que no tiene nivel suficiente para competir por su país natal. Participará en las pruebas de slalom y gigante.
TIMOR ORIENTAL. La antigua colonia portuguesa, situada en medio de Indonesia, presenta un caso parecido al de los malteses. Yohan Goutt Gonçalves, nacido y criado en Francia, defenderá el honor del país natal de su madre en la competición de slalom.
MÉXICO. Aunque los aztecas sí tienen zonas de alta montaña, el clima de la inmensa mayoría del país es muy caluroso, y los deportes de invierno no están culturalmente extendidos. Sin embargo, se las apañan para enviar un participante: Hubertus von Hohenlohe, un descendiente de la antigua familia real alemana que nació y pasó su infancia en México, pero luego se fue a Austria. Allí ha hecho carrera como empresario, fotógrafo e incluso cantante pop. El esquí alpino es su hobby, lo que no le ha impedido participar unas cuantas veces en los Juegos Olímpicos de Invierno. De hecho, en bastantes: empezó en Sarajevo 1984, lo dejó en Lillehammer 1994, pero en 2010 le dio por volver y ahora, en 2014, a sus 55 años, es el competidor más viejo. Y también el más llamativo: se va a lanzar montaña abajo vestido de mariachi.
TOGO. República del África subsahariana, no hay ningún pico de más de 1000 metros, y aunque lo hubiera, hace tanto calor que cualquier copo de nieve se derretiría. Y sin embargo presenta no una, sino dos esquiadoras, con historias a cuál más enrevesada. Por un lado Mathilde-Amivi Petitjean, nacida en Níger pero criada en Francia, la Federación de esquí de Togo se enteró de que su madre era de allí y contactó con ella vía Facebook para proponerle participar en la prueba de esquí de fondo. Por otra parte, la italiana Alessia Di Pol, que no tiene ningún lazo familiar con África: competía para los azzurri hasta 2010, luego se pasó a la India (no queda muy claro el motivo), y ahora, aprovechando que la empresa de su padre tiene intereses comerciales en Togo, ha conseguido la ciudadanía de aquel país, lo que le servirá para participar en el slalom.
VENEZUELA. El país caribeño lleva a Antonio Pardo, que es el autor de la frase con la que abrimos el último programa. Pardo va a ser el primer esquiador que defienda a su patria (ya hubo antes gente que participó en luge), y lo va a hacer a sus 43 años. Es también el presidente de la Federación de Esquí de su país, que tuvo que fundar él mismo en 2012. Vive en Suiza, donde trabaja para un banco.
DOMINICA. También está en el Caribe esta pequeña isla, una de las Antillas menores, de clima completa y absolutamente tropical… y de economía bastante pobre. Hace siete años, el matrimonio Di Silvestri, formado por el estadounidense Gary (47 años) y la italiana Angelica (48), visitaron el país e hicieron trabajo humanitario; el gobierno se lo agradeció dándoles la nacionalidad. En 2012 el Comité Olímpico internacional le preguntó a las autoridades de Dominica si podían aportar algo a los Juegos de Invierno; el país se acordó de ellos, y de que habían dicho que entre sus aficiones está el esquí de fondo. Les avisaron, les pidieron que se prepararan, y tras bastante esfuerzo, ambos han conseguido clasificarse para los Juegos, convirtiéndose en el primer matrimonio que lo logra.
FILIPINAS. Nos dice Dani Collado que allá en su pueblo tampoco hace ni pizca de frío. En algunos centros comerciales ponen pistas de hielo para echarse unas risas. En una de ellas Michael Christian Martínez le cogió de pequeño el gusto a lo del patinaje artístico; no se perdía una sola competición en la tele y practicaba cada vez que tenía ocasión. Lo bueno del tema es que se le da bien: consiguió contactar con un entrenador ruso que le terminó de preparar, y que dice que, a sus 17 años, tiene un margen de mejora impresionante. Lo malo, que para ir a Sochi su madre ha tenido que hipotecar su casa, ante la falta de apoyo institucional. Y que, además, es asmático, con lo que el frío del hielo le perjudica la salud…
ZIMBABUE. País del sur de África, de clima caluroso tirando a árido, con alguna montaña suelta a la que nadie hace mucho caso. 98% de la población de raza negra. Pues para representar al país han elegido a Luke Steyn, un rubio de ojos azules. Que nació allí, pero se fue a Suiza cuando tenía dos añitos. Entre chocolate y relojes aprendió a esquiar lo suficientemente bien como para clasificarse para los juegos, aprovechando una beca del Comité Olímpico.
PARAGUAY. Es uno de los pocos países de Sudamérica por donde no pasa la cordillera de los Andes. Sólo ven copos de nieve por la tele. Y sin embargo, envían a una esquiadora en la modalidad de freestyle. ¿Cómo es posible? Porque Julia Marino nació en Paraguay, pero a los seis meses la adoptó un matrimonio estadounidense, y en la patria del tío Sam se convirtió en deportista de alto nivel. Pero no reniega de sus orígenes y ha decidido competir por su país natal, pese a que en sus 21 años de vida sólo ha vuelto una vez por allí.
Nos dejamos casos, como el equipo jamaicano de bobsleigh, los hindúes, los de las islas Vírgenes (tanto británicas como americanas) o los del Líbano, pero la lista se haría interminable…
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