Sin embargo, en muchos países tienen su propio “deporte nacional”, que no necesariamente es el que más se practica, sino que se trata de algo autóctono, que forma parte de su cultura, que sienten como propio. En ocasiones, hay hasta leyes que establecen tal o cual actividad como el deporte nacional. Algunos casos son rarísimos, y otros, muy sorprendentes. Pongamos varios ejemplos.
- Hay algunas naciones donde el deporte nacional es alguna forma de lucha. Es muy famoso el caso de Japón, que tiene el Sumo, o Irán, con una cosa llamada Varzesh-e bastani; ambas modalidades tienen sus códigos de conducta y honor que entroncan con las tradiciones filosóficas de los países. Nada que ver con Filipinas, donde el deporte nacional es el Arnis: literalmente, consiste en inflarse a golpes de todo tipo: patadas, puñetazos, garrotazos e incluso cuchilladas. Luego está la Capoeira brasileña, en la que parece que se van a arrancar la cabeza pero en realidad ni se tocan; es un arte marcial que utilizaban los esclavos para estar entrenados para cualquier peligro, pero diciéndole a su amo que lo que hacían no era más que bailar.
- En otros sitios, el deporte nacional necesita usar caballos. Así, en Argentina tienen el Pato, una variante de polo que se llama así porque al principio no se usaba pelota, sino una cesta en la que se metía a este pobre animal. Aunque parezca salvaje, esto no es más que una versión menos violenta del Buzkashi, típico de Afganistán, donde lo que usan es una cabra entera decapitada, y vale derribar del caballo al rival. Un poco menos agresivo (pero sólo un poco) es el Cirit turco, que consiste en que los jinetes, armados de palos, deben lanzárselos a los rivales para sumar puntos. De forma más civilizada, en México tienen la Charrería, en Puerto Rico el Paso Fino, y en Uruguay las Destrezas Criollas, tres formas de doma y monta de caballos donde se valora la habilidad de los jinetes y la estética de sus movimientos según reglamentos bastante complejos. En Chile la ley dice que el deporte nacional es el Rodeo Chileno, en el que el jinete debe atrapar y desplazar a un novillo salvaje siguiendo unas normas determinadas.
- A veces el deporte nacional tiene que ver con el agua. Es el caso de un par de sitios en el Caribe, que han declarado deportes de estado las carreras de barcos. En Anguila, una colonia británica, no han especificado más; en las Bahamas, los barcos tienen que ser tipo sloop, de un solo mástil y diseñados para ir contra el viento.
- En otros sitios hay deportes más o menos parecidos a los que conocemos. Algunos, incluso, son razonablemente famosos. Por ejemplo, las leyes correspondientes establecen que el Golf es el deporte nacional de Escocia. Los canadienses, que son más chulos, tienen dos deportes nacionales: el hockey sobre hielo en invierno y el lacrosse en verano. En Bután el gobierno dice que su deporte nacional es el tiro con arco. Y en Sri Lanka, el parlamento votó en 1991 declarar deporte nacional al voleibol, a pesar de que el cricket es mucho más popular.
- Otros deportes nacionales son un tanto más extraños. En Bangladés, por ejemplo, el que triunfa es el Kabbadi, especie de balón prisionero sin balón del que nos hablaron Fut y Bol en su momento. En Rusia es el Bandy, variante del hockey sobre hielo que se juega en campos helados del tamaño de los de fútbol (y que dicen que inventaron ellos). Irlanda tiene su propia colección de deportes gaélicos, que merecerían no ya una sección, sino un programa entero para ellos solos. En Perú, el gobierno da especial protección al “pelota frontón”, una variedad de pelota vasca que se juega con raquetas especiales, y en un frontón que no tiene pared lateral.
- Hay un par de deportes remotamente parecidos al béisbol, aunque un tanto más complicados de entender. En Rumanía se considera deporte nacional al Oina: resumiendo, los jugadores tienen que batear la pelota que les tiran lo más lejos que puedan, para intentar llegar a la otra punta del campo sin que el equipo rival la atrape y les golpee con ella. Y en Finlandia tienen el Pesäpallo, que se diferencia sobre todo en que el lanzador no tira la pelota hacia adelante en dirección al bateador, sino que están juntos y la echa hacia arriba, con lo que es más fácil golpearla; así, tiene más importancia la estrategia, decidir hacia qué parte del campo se va a lanzar.
- Para el final he dejado el juego con el mejor nombre de todos: el Tejo. Deporte nacional de Colombia por orden del Congreso desde junio de 2000, se trata de una especie de petanca a lo bestia: hay que lanzar un disco de metal, de unos 680 gramos, que precisamente se llama “tejo”, en dirección al “bocín”, un gran círculo que hay al final de una pista de casi 20 metros de largo. Se suman puntos dejando el tejo lo más cerca posible del bocín o (aquí viene la gracia del asunto) haciendo reventar las “mechas”, sobres llenos de pólvora que se colocan alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario