Ya hay más de seis millones de parados, la primera vez que se supera esta cantidad en la historia de España.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha agradecido a la “herencia recibida” la posibilidad de alcanzar un récord como éste, pero ha querido matizar que buena parte del mérito también es de su gestión. Tal como ha recordado, “nuestro trabajo nos ha costado, oigan, no se crean que las reformas laborales se hacen solas”. Báñez ha indicado que ganar mundiales de fútbol está bien, pero que hay mucha gente a la que no le gusta el deporte, y España también debe destacar en otros ámbitos. Mariano Rajoy, lleno de orgullo, ha añadido: “Ya lideramos Europa, nuestro objetivo ahora es ser el país más parado del mundo. ¡Que tiemble Uganda!”
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Disturbios en la convocatoria 25-A Asedia el Congreso. La concentración se saldó con 25 heridos, 14 de ellos policías, y 15 detenidos. Las autoridades estiman que sólo hubo 1.500 manifestantes.
Un portavoz del sindicato de Antidisturbios ha pedido más seriedad a los grupos antisistema: se ha quejado de que los agentes “llevan meses dando lustre a sus escudos y porras, practicando movimientos rápidos y precisos con el fin de partir costillas de forma precisa y elegante justo cuando el telediario conecte con las protestas, para que después apenas se presenten cuatro gatos y nos quedemos con las ganas. ¡Eso no se hace, hombre!”
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El PSOE acepta cambiar sus estatutos para que, de ahora en adelante, sean las bases del partido las que voten al secretario general en unas elecciones primarias, tras las reclamaciones de los socialistas gallegos. Hasta ahora, se elegía en un congreso, sólo con votos de delegados.
Los militantes socialistas han acogido con alegría el cambio: ahora, si algún día se alinean los planetas, vuelven al gobierno y tienen otro líder que se diga de izquierdas pero haga políticas de derechas, podrá ser un incompetente, pero será “su” incompetente.
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Se aclara la situación política en Italia. Giorgio Napolitano repite mandato como presidente de la República y encarga al centroizquierdista Enrico Letta formar gobierno.
Las encuestas dicen que el pueblo italiano, en realidad, preferiría seguir sin gobierno: el país estaba sumido en el caos, “nada nuevo”, pero había unos cuantos menos para robar. Por si acaso, Silvio Berlusconi se he vuelto a proponer como candidato, ofreciendo a su reciente fichaje del Milan, Mario Balotelli, como ministro de Economía: dejó tan asustados a los alemanes en la última Eurocopa que no se atreverán a tocar la prima de riesgo.