lunes, 10 de marzo de 2014

Los Juegos Paralímpicos de Invierno

Sochi, la ciudad rusa con nombre de estornudo, no deja de ser noticia en el mundo del deporte. Ya acabaron los Juegos Olímpicos de Invierno, esos que hace un par de programas decíamos que son elitistas y que en España no interesan a casi nadie. Pero sigue habiendo cosas: el pasado viernes fue la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos de Invierno.

Esta es la undécima edición en que se celebran juegos paralímpicos de deportes fríos; la primera fue en 1976, en la ciudad sueca de Örnsköldsvik. Curiosamente, no fue en la misma sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, ya que estos fueron en Innsbruck, en Austria, mil y pico kilómetros al sur. La idea de que coincidieran en lugar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos no se les ocurrió hasta 1992, en Albertville (Francia).

Los Juegos Paralímpicos de Invierno son mucho menos conocidos, y podría decirse que mucho menos relevantes, que los Paralímpicos de Verano. Participan bastantes menos países: en esta edición, sólo 45, de los que ninguno es africano. Los únicos países que podríamos considerar “extraños” serían México e Irán, que mandan un representante cada uno. Quizás también Brasil, que envía dos competidores.

También son bastante más cortos: el pasado sábado arrancó la competición, que durará sólo una semana y un día, hasta el domingo 16 de marzo. Esto se debe a que hay muchos menos deportes: sólo cinco. Esquí alpino (que incluye snowboard), esquí de fondo, biatlón, hockey sobre hielo y curling.

Pero claro, hay bastantes categorías: en esquí alpino, por ejemplo, hay modalidades para esquiadores con deficiencias visuales (van detrás de alguien con visión normal que les va guiando), o para deficientes físicos que pueden ir en pie (si les falta un brazo o una pierna, por ejemplo) o que deben ir sentados (si les fallan las dos piernas). El hockey sobre hielo se hace también sentado en unas sillas especiales, con sticks de tamaño adaptado, y el curling es sobre silla de rueda. Llama la atención que también se ha adaptado el biatlón, que incluye esquí de fondo y disparos con fusil, de manera que lo puedan practicar deficientes visuales: el fusil lleva avisadores sonoros y un puntero láser que ayudan a apuntar.

España participa en estos Juegos, aunque lleva una delegación muy modesta, de sólo siete atletas. Todos ellos se dedican al esquí alpino, y el único que tiene posibilidad razonable de medalla es Jon Santacana, que ya ha sido campeón olímpico en dos ocasiones (Salt Lake City 2002 y Vancouver 2010) y tiene también dos medallas de plata y dos de bronce. Lo que pasa es que tiene ya 33 años, y las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. Aun así, le deseamos mucha suerte.

Una nota positiva para terminar. Se venía especulando con la posibilidad de boicot de algunos países, particularmente Estados Unidos y Reino Unido, debido a la actuación de Rusia (el país anfitrión) en el conflicto de Ucrania. Pero finalmente las aguas han vuelto a su cauce y tanto británicos como norteamericanos van a participar con normalidad. Es más: Ucrania también ha enviado un equipo, formado por 23 deportistas. Eso sí, a modo de protesta, en la ceremonia de inauguración sólo estuvo el abanderado.

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