Este alto y corpulento delantero centro croata (medía 1,85) fue fichado por el Valladolid en la temporada 95-96, procedente del Dínamo de Zagreb, el equipo donde se formó como jugador. Había pasado seis temporadas en su país destacando como goleador y ganando algún título local, como una Liga y una Copa de Croacia. Por aquel entonces, el talento en el fútbol de los Balcanes era mucho más grande que ahora (que ya es decir), y este ariete, que aterrizó en Pucela sin hacer demasiado ruido, se convirtió rápidamente en uno de los referentes goleadores de la Liga española de finales de la década de los 90.
En su primera temporada en el Valladolid marcó 23 goles, incluyendo cinco en uno de esos partidos que ya han pasado a la historia de la Liga: El Oviedo-Valladolid de finales de esa temporada, en el que los pucelanos consiguieron salvar la categoría ganando en el Carlos Tartiere por 3-8. En aquel encuentro, el mítico árbitro Japón Sevilla pitó 6 penaltis. Cuatro a favor de los visitantes y los cuatro marcados por Peternac, cada uno de forma distinta, demostrando su calidad en este tipo de acciones.
Además de eso, a Peternac se le recuerda por su calidad con la pelota a pesar de su corpulencia y por su instinto goleador. En seguida se convirtió en la referencia ofensiva del equipo. Y eso que, en su segundo año como jugador del Valladolid fue gravemente lesionado por Roberto Carlos. Pese a todo, jugó cinco temporadas en el equipo pucelano y llegó a despertar el interés de varios equipos grandes de Europa. Esto causó que en su última temporada en el equipo blanquivioleta se negase a renovar su contrato, algo que provocó que se le apartase del equipo. Un equipo del que aún es el máximo goleador histórico con 55 dianas.
En la temporada 2000-2001, Peternac ficha por el Real Zaragoza con la misión de sustituir y hacer olvidar a otro balcánico mítico de nuestra Liga: Savo Milosevic. La presión y el cambio de aires pudo con él. El equipo maño significó el comienzo del declive de su carrera a sus 27 años. Su gran valedor para fichar por el Zaragoza había sido Juan Manuel Lillo, pero éste no duró mucho al frente del equipo y los sucesivos técnicos nunca confiaron en él. Tuvo que soportar una cesión al Murcia en Segunda División, de la que apenas sacó dos goles anotados, y la retirada prematura de su ficha por parte del club aragonés. Después de estar un tiempo sin equipo, Peternac se retiraba en 2003, con apenas 30 años cumplidos.
Su carrera le dio para ser internacional en dos ocasiones con la Selección croata y desde luego que tenía calidad para serlo, pero le tocó convivir con la mejor generación de futbolistas de la historia croata, algo que nunca le permitió jugar algo más con su país. Los Suker, Bocksic, Vlaovic y compañía le cortaban el paso.
Peternac quedará en nuestra memoria como un mítico goleador, de esos cuyos goles escuchábamos en el 'Carrusel' los domingos a media tarde cuando éramos niños. Y, todo hay que decirlo, quizá quede en la memoria de la afición del Valladolid también como un talento que les dio mucho, pero que les pudo haber dado más. Y es que tan grande era su fama de gran jugador en Pucela como la de fiestero, algo que también, dicen, le hacía tender al sobrepeso. De hecho, el rumor más extendido es que fue una juerga hasta las 7 de la mañana cuando al día siguiente tenía entrenamiento a las 11 la que le condenó...
Actualmente, Peternac ha seguido viviendo en España aunque ahora, creemos, vive en Eslovenia y se dedica a temas empresariales y de representación de jugadores.
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